Podrá parecer muy extraño pero la verdad es que sólo hay una cierta manera de ganarle al mercado; es de una manera y no de otra. Muy bien, pero si los mercados son siempre cambiantes y debemos permanecer en constante adaptación, ¿cómo es posible semejante afirmación? La respuesta es muy sencilla: el mercado nos derrota a través del cambio. Todo es mutante en los mercados incluso el riesgo.
El artificio para poder medir el riesgo es buscando un sustituto (proxy) a la improbable-posibilidad de determinar el futuro, luego usamos la volatilidad como aproximación al riesgo. Pero la volatilidad la calculamos usando series históricas; pocos saben que es un mal sustituto, pues el pasado pocas veces nos indica cómo será el futuro.
Para aquellos que confían en la volatilidad hay malas noticias: no hay tal cosa como una medida absoluta de la volatilidad. La volatilidad en sí misma es siempre cambiante (Time Varying Volatility), depende de la sección temporal que tomes de una serie interminable de datos. Alternativamente, grafiquen un índice de volatilidad, por ejemplo “VIX” y me entenderán.
¿Y entonces, qué nos queda? Paradójicamente sólo nos queda una alternativa: transar de una cierta manera.
La lógica de la anterior conclusión reside en el hecho que al intentar adaptarnos al esquema siempre cambiante de los mercados, nos volvemos inconsistentes y nos las pasamos ensayando distintas aproximaciones y nunca acertamos el método exacto, justamente por nuestra falta de constancia.
Es así como deducimos que en realidad sólo hay una manera de ganarle al mercado y es transando… de una cierta manera. Les ruego no vayan a pensar que les estoy tomando el pelo; todo lo contrario. Intento transmitir a todo operador financiero un mensaje esencial:
Existe sólo una vía la cual es (… y debe ser) independiente del carácter siempre cambiante de los mercados; de lo contrario estamos cayendo en su juego perverso. Se trata de una manera consistente de conducta. Una manera y solo una! No hay dos. Créanme, tremendo descubrimiento! No lo desechen como si fuese verdad de Perogrullo.
El artificio para poder medir el riesgo es buscando un sustituto (proxy) a la improbable-posibilidad de determinar el futuro, luego usamos la volatilidad como aproximación al riesgo. Pero la volatilidad la calculamos usando series históricas; pocos saben que es un mal sustituto, pues el pasado pocas veces nos indica cómo será el futuro.
Para aquellos que confían en la volatilidad hay malas noticias: no hay tal cosa como una medida absoluta de la volatilidad. La volatilidad en sí misma es siempre cambiante (Time Varying Volatility), depende de la sección temporal que tomes de una serie interminable de datos. Alternativamente, grafiquen un índice de volatilidad, por ejemplo “VIX” y me entenderán.
¿Y entonces, qué nos queda? Paradójicamente sólo nos queda una alternativa: transar de una cierta manera.
La lógica de la anterior conclusión reside en el hecho que al intentar adaptarnos al esquema siempre cambiante de los mercados, nos volvemos inconsistentes y nos las pasamos ensayando distintas aproximaciones y nunca acertamos el método exacto, justamente por nuestra falta de constancia.
Es así como deducimos que en realidad sólo hay una manera de ganarle al mercado y es transando… de una cierta manera. Les ruego no vayan a pensar que les estoy tomando el pelo; todo lo contrario. Intento transmitir a todo operador financiero un mensaje esencial:
Existe sólo una vía la cual es (… y debe ser) independiente del carácter siempre cambiante de los mercados; de lo contrario estamos cayendo en su juego perverso. Se trata de una manera consistente de conducta. Una manera y solo una! No hay dos. Créanme, tremendo descubrimiento! No lo desechen como si fuese verdad de Perogrullo.